Cayó sobre tu espalda
la llama de tu pelo
quemó la blancura
su ondulación de fuego.
la llama de tu pelo
quemó la blancura
su ondulación de fuego.
Entre los áureos rizos,
por el amor deshecho,
yo vi calientes, húmedos,
brillar tus ojos negros.
por el amor deshecho,
yo vi calientes, húmedos,
brillar tus ojos negros.
Sin desmayas, erguidos,
redondos, duros, tersos,
temblaron los montones
de nieve de tus pechos.
redondos, duros, tersos,
temblaron los montones
de nieve de tus pechos.
Y de amor encendida,
estremecido del cuerpo,
con amorosa savia
sus rosas florecieron.
estremecido del cuerpo,
con amorosa savia
sus rosas florecieron.
El clavel de tus labios
brindaba miel de besos
y fue mi boca ardiente
abeja de sus pétalos.
brindaba miel de besos
y fue mi boca ardiente
abeja de sus pétalos.
De la crujiente seda,
que resbalara al suelo,
emergió su blancura
tu contorno supremo.
que resbalara al suelo,
emergió su blancura
tu contorno supremo.
Y al impulso movido
de ardoroso deseo,
se cimbró entre mis brazos
y quedó prisionero.
de ardoroso deseo,
se cimbró entre mis brazos
y quedó prisionero.
Me abrasaban tus ojos,
me quemaba tu aliento,
y apagó las palabras
el rumor de los besos...
me quemaba tu aliento,
y apagó las palabras
el rumor de los besos...
Enrique de Mesa
Gracias por seguir mis blog, y por tu comentario. Me alegra que te decidieras a crear tu propio blog, si no te molesta te recomendaría que el texto lo pongas un poco más grande, así la gente podrá leer mejor tus poemas.
ResponderEliminarSi quieres puedes enviarme el vídeo a: reflexionesysentimientos@yahoo.es
Un abrazo.